Vicealmirante Manuel Blanco Encalada (1790-1876)

Uno de los forjadores de la Armada de Chile, cooperador incansable del Director Supremo Bernardo O’Higgins Riquelme en la creación de la Primera Escuadra Nacional y de la Escuela Naval. Jefe de la referida Primera Escuadra, primer Presidente de la República y personaje de gran significación en la gesta emancipadora.

Nació en Buenos Aires en 1790, hijo de padre español y madre chilena, debió escoger su propia patria, por lo cual no titubeó ni un instante en escoger a Chile como su tierra. En 1807 ya estaba incorporado a la Marina Española como Alférez; al año siguiente logró ser destinado al Apostadero Naval de El Callao. En 1813, se incorporó al ejército patriota de nuestro país, siendo destinado por el General José Miguel Carrera Verdugo, al arma de artillería y a la construcción y reparación de cañones y armamentos, organizando la primera maestranza y taller de armas que tuvo el país.

Después de la Batalla de Maipú, con el grado de Capitán de Marina de Primera Clase, se nombró a Blanco Encalada como Comandante General interino del Departamento de Marina, con sede en Valparaíso. Además, se encargó de la organización de una Academia de Guardiamarinas para formar oficiales y el reclutamiento de marineros extranjeros, en particular ingleses y norteamericanos.

Más tarde recibió lo que sería su bautizo de fuego, la captura de la fragata «Reina María Isabel».

Una vez que arribó a nuestro país el Almirante Cochrane, el vicealmirante Blanco solicitó ser trasladado al ejército, asumiendo como Jefe Interino del Estado Mayor y Comandante General de Armas de Santiago, al tiempo que el Senado le confiere el alto honor de darle la investidura de Mariscal de Campo. En 1826 participa en la expedición para la Liberación de Chiloé, el último baluarte hispano en Chile. Allí, nuevamente al frente de la Escuadra, condujo a la fuerzas del General Ramón Freire Serrano. Ese mismo año el Congreso lo eligió «Presidente de la República».

Años más tarde, con ocasión de la Guerra contra la Confederación Perú-boliviana, se nombró a Blanco, Comandante en Jefe del Ejército. Su participación en la primera campaña del citado conflicto le significó el retornar a Chile y ser sometido a un Consejo de Guerra. Si bien este le absolvió, Blanco Encalada se retiró a partir de entonces a su vida privada. No obstante su avanzada edad, este viejo soldado de la Independencia ofreció sus servicios como marino al gobierno, cuando sobrevino la Guerra contra España.