COMBATE NAVAL DE PUNTA GRUESA

Este combate se produjo en el marco de la Guerra del Pacífico (1879-1884), en el sector costero peruano de punta gruesa, distante 15 kilómetros al sur de Iquique.

Su génesis se encuentra en el bloqueo al puerto de Iquique, ordenado por el Comandante en Jefe de la Escuadra, Almirante Juan Williams Rebolledo el 16 de mayo de 1879, quién designó para esta tarea a la corbeta «Esmeralda», bajo el mando del Comandante Arturo Prat y la goleta cañonera «Covadonga», dirigida por el Comandante Carlos Condell, mientras el resto de la escuadra chilena zarpaba en dirección al Callao para enfrentar a su homónima peruana. Como Jefe de Bahía, vale decir como jefe de la agrupación, quedó el Comandante Prat.

El Presidente peruano General Mariano Ignacio Prado,  que se encontraba en Arica, se informó de la situación del puerto de Iquique, dispuso el zarpe del blindado «Huáscar» y la fragata blindada «Independencia», al mando de los Capitanes de Navío Miguel Grau Seminario y Juan Guillermo Moore, respectivamente, para capturar o hundir a los buques chilenos en Iquique; posteriormente, atacar un convoy proveniente de Valparaíso y destruir la máquina resacadora de agua de Antofagasta, para privar de este vital elemento, a las tropas chilenas acantonadas allí.

El miércoles 21 de mayo, el vigía de la cofa de la «Covadonga» reconoció humos al norte, pertenecientes al «Huáscar» y la «Independencia». Como si el destino quisiera dejar imborrablemente marcado este día para las Glorias de Chile, en Iquique se reunieron cinco buques con cuyas iniciales se formó la palabra CHILE: «Covadonga», «Huáscar», «Independencia», «Lamar» y «Esmeralda».

La «Covadonga» llegó al habla y Prat, bocina en mano, ordenó: «¡Que almuerce la gente!, ¡Reforzar las cargas!, ¡Cada uno a cumplir con su deber!». Condell simplemente respondió: «¡All right!».

No bien hubo terminado el diálogo cuando una roja llamarada surgió de uno de los cañones del «Huáscar» y un alto penacho de agua y espuma brotó entre ambas naves: se iniciaba el combate. Prat ordenó a Condell mantenerse en baja profundidad y al transporte «Lamar» que abandonara la bahía y se dirigiera al sur. Transcurrida una hora de combate, el «Huáscar» se dedicó a combatir con la «Esmeralda» y la «Independencia» se dirigió sobre la “Covadonga”.

El comandanteCarlos Condell, decidió salir de la bahía, bordeando los arrecifes de la costa. Cuando se dirigía rumbo al sur recibió un proyectil del “Huáscar” que la atravesó de banda a banda, ocasionando la muerte del Cirujano Pedro Segundo Regalado Videla y matando instantáneamente al Grumete Blas 2° Tellez y al Mozo Felipe Ojeda. A partir de ese momento el Combate Naval de Iquique se dividía en dos.

A la altura de la playa de Cavancha, la “Covadonga” fue atacada por una gran cantidad de botes armados, con la intención de abordarla. Rechazado este intento continuó su travesía, sorteando la costa, en fondo muy bajo para evitar de esta manera el espolón de la “Independencia”, la que gracias a su mayor velocidad la perseguía a su gusto, adelantándose y atrasándose, pero sin dejar de mantenerla bajo los fuegos de su artillería.

La situación del comandante Condell en estas circunstancias era difícil, ya que para usar su artillería debía detenerse para presentar su costado y disparar, para luego continuar con su recorrido, con lo cual la distancia entre ambas naves se acortaba.

Frente a la caleta Molle, la “Covadonga” que marchaba muy apegada a la costa, recibió los fuegos de tierra y, además, la primera carga al espolón de la fragata peruana, a las 10:00 horas. Al sur de Chucumata, el comandante Moore, intenta por segunda vez espolonear a la goleta chilena, siendo nuevamente evitado por esta al esquivarlo cayendo hacia la costa.

En esta marcha paralela entre Molle y Punta Gruesa, la “Independencia” acertó sobre la “Covadonga” una serie de tiros que dañaron los palos, jarcias, botes y carboneras. Habiendo tomado la nave peruana la estela de la goleta, las únicas piezas de artillería realmente peligrosas de los peruanos eran el cañón de proa y las ametralladoras instaladas en la cofa del palo trinquete.

Dándose cuenta de la situación, el segundo comandante de la “Covadonga”, Teniente 1° Manuel Orella, dispuso que el Jefe de la Guarnición de la Artillería de Marina, Sargento Ramón Olave, se encargará de impedir que estas piezas fueran utilizadas, ubicándose con cuatro rifleros seleccionados en el castillo de popa de la goleta, disparando desde una distancia de 200 a 300 metros. La puntería de éstos fue tan certera, que al poco tiempo el cañón dejó de disparar.

El no poder utilizar su cañón de proa, exasperó al comandante Moore, por lo que decidió atacar por tercera vez al espolón, a las 11:45 horas, en los arrecifes ubicados un poco al norte de Punta Gruesa, donde la “Independencia” a una distancia de 250 metros forzó la máquina y se lanzó sobre la “Covadonga”.

Ante esta situación, el comandante Condell decidió pasar sobre los bajos, tocando ligeramente con la quilla de su nave, rechinando el casco y estremeciéndose, a pesar de su poco calado. Inmediatamente, el comandante chileno comprendió que su enemigo, de mucho mayor calado, no pasaría por las rocas y que indefectiblemente se vararía, exclamando festivamente “¡Aquí se fregaron!”, ordenando instantáneamente caer a estribor y virar hacia atrás.

La «Independencia», sin comprender ese movimiento que la acercaba más al enemigo, siguió exactamente el peligroso derrotero que la “Covadonga” acababa de salvar, y al hacerlo, chocó con gran violencia en las rocas sumergidas, montándose sobre éstas, quedando tendida de costado con su quilla destrozada, con grandes vías de agua en el casco que la inundaron rápidamente.

Sucedido esto, la “Covadonga” inmediatamente giro en 180° y pasando por la banda de su rival, tomó posición a popa de ella iniciando un intenso fuego, donde no podía recibir los disparos de los peruanos, acertándole seis cañonazos que destrozaron la cubierta y el casco de la varada fragata, además de un incendio y numerosos heridos. Al poco rato arrió la bandera y la cambió por la de parlamento. Al momento el comandante Condell ordenó cesar el fuego y a viva voz conversó con el comandante Moore, el cual le ratificó su rendición y a la vez le pidió un bote. El combate terminó a las 12:35 horas.

En un primer momento, Condell había decidido enviar el bote y auxiliar a los náufragos, pero posteriormente cambió de parecer y prefirió poner proa al norte para acudir en ayuda de la “Esmeralda”, de la cual no sabía nada. Esto sucedió casi a las 14:00 horas. Cuando la “Covadonga” había navegado apenas una milla al norte divisó al “Huáscar”, ante lo cual viró rápidamente y puso rumbo al sur.

El comandante del “Huáscar”, Miguel Grau podría haber alcanzado rápidamente a la “Covadonga”, pero impresionado por la magnitud del desastre para la Armada del Perú, ocurrido en Punta Gruesa, optó por socorrer a los náufragos de la «Independencia» y no continuar con su persecución.