Vicealmirante Patricio Lynch Solo de Zaldívar (1824-1886)

El vicealmirante Lynch nació en 1824. A los trece años se embarcó como Guardiamarina en la corbeta nacional «Libertad» que, al mando del Capitán de Navío Robert Simpson Winthrop, fue a El Callao a notificar que se reanudaban las hostilidades en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana.

Posteriormente, se embarcó en la corbeta «Electra», donde permaneció la primera mitad de 1840 y navegó por toda la costa del Pacífico. Luego, en la fragata «Calliope», comandada por el Capitán de Navío Sir Thomas Herbert, participó en la guerra del opio, entre China y la corona británica, donde tomó parte en nueve combates, por lo cual fue condecorado por el gobierno inglés.

Luego de una corta estadía en Europa, recibiendo el mando del bergantín «Cóndor», con el que partió al Estrecho de Magallanes, donde permaneció hasta 1849. Posteriormente, obtiene permiso sin sueldo para salir del país hacia California. Así, vuelve a Chile a prestar servicios durante la Guerra contra España, tras lo cual asciende a Capitán de Navío y es nombrado Gobernador Marítimo de Valparaíso, y en consecuencia, se integra al Ministerio de Marina, donde reorganizó la Escuadra.

Una vez iniciada la Guerra del Pacífico, asume el Comando de los Transportes y luego la Jefatura Militar y Política de Tarapacá, al caer Iquique en poder de Chile. Será en este cargo donde, en poco tiempo, impulsó una nueva administración y organización que reemplazaron al caos de este puerto estratégico, haciendo uso de sus virtudes diplomáticas y su carácter firme y responsable. A través de sus acciones, demostró ser un jefe capaz, juicioso, inflexible y duro en la mantención de la disciplina, lo cual quedó demostrado en la Batalla de Chorrillos, y en el cargo de General en Jefe del Ejército de ocupación, donde administró política, civil y militarmente al Perú, con tal acierto, que fue clave para la ocupación del territorio enemigo. También desde Lima, Lynch fue quien preconizó y trabajó en obtener la paz con España, aún pendiente desde el término de la guerra contra esa nación, obteniendo un éxito total.

Una vez terminada la ocupación, el gobierno chileno nombró al Vicealmirante Lynch, enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República, ante el gobierno español, permaneciendo en Europa hasta 1886, para viajar de regreso a Chile. Dos días después de zarpar falleció, siendo sus restos depositados en Santa Cruz de Tenerife y en octubre de 1886 fue traído al país por el blindado «Blanco».

Su tacto político, su valentía y sentido del deber para tratar con extranjeros y nacionales le valieron siempre el más unánime y justo homenaje de consideración y respeto de parte de sus conciudadanos.